El pulpo y el polluelo
A la manera de Jean de la Fontaine
En un océano tumultuoso,
Allí vivía un pulpo con tentáculos,
A quien le encantaba observar los cielos,
Y soñaba con ser una estrella.
Un día conoció a una chica,
¿Quién estaba jugando solo en la playa,
Y le preguntó con aire pícaro:
¿Por qué ocultó su rostro?
El polluelo respondió sabiamente:
“Protejo mi privacidad,
Miradas indiscretas, caricias,
Vivir en completa libertad.
El pulpo, perplejo, preguntó:
—¿Pero por qué esconderse así?
¿Por qué no vivir la vida al máximo, sin velo ni máscara,
¿Y ofrecerte al mundo sin preocupaciones?
El polluelo, sabio como el oro,
Respondió con determinación,
“La privacidad es un derecho de paso,
Vivir en armonía con la propia pasión.
El pulpo entonces comprendió:
La importancia de la privacidad,
Y decidió seguir este camino dorado,
Vivir en paz, en completa libertad.
Y desde ese día, el pulpo y el polluelo,
Vivir en armonía, sin juicios ni escrutinio,
Al proteger su privacidad como un tesoro,
Vivir su vida al máximo, sin demora alguna.