La hiena y la gacela
A la manera de Jean de la Fontaine
En una vasta y extensa sabana,
Vivía una hiena hambrienta y astuta,
A quien le encantaba observar la vida silvestre perdida,
Y soñé con comer una gacela dorada.
Un día se encontró con una gacela,
¿Quién se escondía detrás de un arbusto,
Y le preguntó, con aire rebelde,
¿Por qué ella huía sin motivo?
La gacela respondió hábilmente:
“Protejo mi privacidad,
Depredadores como tú, constantemente,
Vivir en completa libertad.
La hiena, hambrienta, preguntó entonces:
—¿Pero por qué esconderse así?
¿Por qué no vivir la vida al máximo, sin remordimientos,
¿Y ofrecerse a los demás sin preocupaciones?
La gacela, sabia y decidida,
Respondió con firmeza,
“La privacidad es un derecho, un camino dorado,
Vivir en armonía con el propio destino.
La hiena entonces comprendió:
La importancia de la privacidad,
Y decidió seguir este camino dorado,
Vivir en paz, en completa libertad.
Y desde ese día, la hiena y la gacela,
Vivir en armonía, sin juicios ni escrutinio,
Al proteger su privacidad como un tesoro,
Vivir su vida al máximo, sin demora alguna.
Y cuando la noche cae sobre la sabana,
La hiena y la gacela duermen en paz,
Protegiendo su privacidad como una pancarta,
Y así vivir sus vidas llenas de éxito.