Desde la sombra sagrada de la vida privada, Se levanta un escudo que nadie puede romper, Él protege nuestros secretos más íntimos, Y nos permite vivir sin miedo ni temor.
Como una muralla de piedra que se mantiene erguida, Él repele las miradas indiscretas, Y nos da la libertad de ser, Lo que realmente somos. Así pues, la protección de la privacidad,
Es un derecho sagrado que debemos preservar, Porque sin ella sólo somos sombras, Vagando sin rumbo y sin valor.